El Che Guevara, un bebé en los yerbales misioneros
El mítico líder revolucionario y su paso por Misiones
Este 8 de octubre se cumplieron 50 años de la muerte de un ícono de las luchas revolucionarias en América, Ernesto “Che” Guevara. Nacido en Rosario, adoptado por Cuba, pero ciudadano del mundo, el “Che” bien pudo haber nacido en Misiones. Por una cuestión de días, el mayor referente de la revolución en América en el siglo XX no nació en Caraguatay, municipio del departamento de Montecarlo, a unos 180 kilómetros de Posadas.
El padre del Che, Ernesto Guevara Lynch, era un miembro de la alta sociedad porteña algo venido a menos económicamente. Un poco por los avatares propios de la clase social a la que pertenecía y otro por su afán de invertir en proyectos eclécticos y cambiantes, lo cierto es que Guevara padre siempre estaba a la expectativa de algún nuevo negocio para inmiscuirse. Con ese espíritu es que le llegó la idea de comprar tierras en lo que por entonces era el Territorio Nacional de Misiones para plantar yerba mate, cuya producción era definida como el “oro verde” en la época. Ernesto padre compró la parcela 190 A, perteneciente por entonces a la empresa La Misionera, de unas 200 hectáreas.
Entre medio, se resolvió la relación entre don Guevara Lynch y la joven Celia de la Serna, cuyos padres rechazaban la vinculación con alguien que mostraba tanta inestabilidad profesional. Todo se aceleró a fines de 1927, cuando Celia quedó embarazada y forzaron la autorización paterna para poder casarse el 20 de diciembre de ese año. De inmediato, la pareja viajó a su propiedad en Caraguatay, una forma apropiada de esconder el embarazo prematrimonial.
Durante el primer semestre de 1928, la familia Guevara Lynch de la Serna lo paso en la humilde vivienda de Caraguatay, sitio al que arriban a bordo del vapor “Iberá”, que hacía la travesía entre Posadas y Puerto Iguazú. Mientras Ernesto pone en marcha la producción yerbatera, Celia avanza con su embarazo en medio del monte y las carencias tan extrañas para una joven de la alta sociedad. Al acercarse la fecha del parto, la pareja decide regresar a Buenos Aires para que el niño o la niña nazca en un ambiente más propicio en términos hospitalarios y algo más confortable para la madre.
Otra vez por vía fluvial, la pareja desciende por el Paraná, pero deben bajar en Rosario, ya que el parto es inminente. El 14 de mayo de 1928, Celia da a luz a Ernesto Guevara de la Serna, pero la familia decide anotarlo un mes más tarde para ocultar el embarazo prematrimonial. Por lo menos así lo afirman dos de los principales biógrafos del revolucionario, tanto el periodista estadounidense Jon Lee Anderson como el historiador argentino Pacho O’Donnell aseguran que el nacimiento fue el 14 de mayo y no el 14 de junio como se suele aceptar.
Durante los próximos tres años, la familia vivirá en forma intercalada en San Isidro, al norte de la ciudad de Buenos Aires, y en la plantación de yerba de Caraguatay. Allí, entre los mensúes y el monte, el niño Ernesto Guevara de la Serna, dará sus primeros pasos y pronunciará sus palabras iniciales. Pasos y palabras de un camino que lo llevarían, apenas tres décadas después, a convertirse en un héroe de la revolución cubana y en un ícono inmarcesible de las luchas por la liberación en América Latina y el mundo.
Un personaje mítico del siglo XX que, por cuestión de días, no nació en nuestra provincia. Lugar en el que pasó sus primeros años y que debió abandonar por sus problemas de asma, enfermedad para la cual la humedad y el calor característicos de nuestro clima no eran nada propicios. Frente a esto, es que la familia dejó el yerbal y se instaló en Alta Gracia, provincia de Córdoba. Pero esa, ya es otra historia. La historia del guerrillero heroico que bien pudo haber nacido en Misiones.
Fuente:
Anderson, Jon Lee, Che, una vida revolucionaria, Buenos Aires, Emecé, 1997.
O'Donnell, Pacho, Che. Luchar por un mundo mejor, Buenos Aires, Sudamericana, 2017.