El hombre que pensó una provincia
Columna dedicada a Aníbal Cambas
En la historiografía misionera perdura el debate sobre los orígenes del ideario provincialista para esto que hoy es la provincia de Misiones. Claramente los guaraníes se sentían parte de una unidad, pero ese sentido de pertenencia tiene poco que ver con el actual concepto de provincia. Los jesuitas organizaron estos territorios bajo la administración de la “provincia jesuítica del Paraguay”, aunque aquella entidad espiritual tuviera enormes diferencias socioculturales con la actualidad.
Es probable que haya sido con Andrés Guacurarí y Artigas cuando surja un sentimiento provincialista en estas tierras, quizás como lógica consecuencia de la generalización entre amplias franjas de guaraníes del ideario de los pueblos libres, tal como afirma Guillermo Wilde. Incluso la creación del Territorio Nacional de Misiones, a fines del siglo XIX, no respondió a una lógica provincialista, sino a intereses empresariales de los hermanos Roca y sus socios.
En suma, a lo largo del tiempo surgieron diversos sentidos de pertenencia en este espacio. Esos sentidos configuraron identidades específicas que hoy parecen estar presentes de alguna u otra forma en lo que somos como sociedad. Incluso cuando nos definimos como herederos de una cultura –como la guaraní- a la que conocemos y respetamos muy poco.
En el marco de estas identidades múltiples y cambiantes, hubo un hombre que fue de los primeros en pensar y proyectar la provincia de Misiones. Ese hombre fue Don Aníbal Cambas, del que hoy se cumple un nuevo aniversario de su muerte.
Cambas fue protagonista de la sociedad de su época, a la que dotó de lineamientos histórico-culturales capaces de evolucionar en el tiempo hasta decantar en una identidad propia. ¿Cambas hizo un uso político del pasado? Sí, claro. Como lo han hecho todos los historiadores en todos los tiempos. Cambas entendió que una sociedad multiétnica y heterogénea como la misionera del auge del proceso inmigratorio, debía confluir hacia una definición identitaria que, necesariamente, sería diferente a la de los espacios vecinos. Por lo tanto, esa identidad debería contar, más temprano que tarde, con un espacio institucionalizado bajo la forma administrativa de provincia.
Y con ese horizonte se puso a trabajar. Para ello creó la Junta de Estudios Históricos de Misiones; participó y propició la participación de Misiones en los Congresos de Territorios Nacionales; escribió artículos, notas y libros; debatió, peticionó y propuso la recuperación del carácter institucional de provincia para Misiones.
Su aporte central, empero, fue el de comenzar a construir un relato historiográfico que le diera sentido a tal pretensión. En esa búsqueda, fue el primero en instalar la figura de Andrés Guacurarí como un eslabón en la vida histórica de los habitantes de estas tierras. Cambas inició el proceso (aún en marcha), de completar los espacios vacíos que existían en nuestro pasado y que, frente al resto del país, nos presentaban como una región desprovista de pasado y, por ende, sin la madurez para avanzar hacia la igualdad de derechos con el resto de las provincias.
Si la historia escrita por Cambas respondía a un interés provincialista o no, es un debate casi sin sentido a estas alturas. Cambas, como todos los historiadores desde Heródoto para acá, son hombres de su época y se acercan al pasado desde su propia realidad. Cambas fue consciente de ello, como también lo era de la necesidad de dotar de un sustento histórico al proyecto provincialista. A la elaboración de ese sustento dedicó años de su vida. Lo hizo con profesionalismo, con fundamento y con documentos.
Don Aníbal Cambas fue muchas cosas. Aquí preferimos recordarlo, en este instante de homenaje, como el hombre que pensó una provincia y que trabajó denodadamente para verla constituida como Estado soberano. Eso fue Don Aníbal: el hombre que pensó una provincia. Nuestra provincia. La provincia de Misiones.
Por Magister Pablo Camogli, director de Misiones Tiene Historia.