El recuerdo de la vieja estación de Apóstoles

Una historia en mil historias...un viaje en miles de viajes, bajar, subir y las ruedas que marchaban en sintonía. Me parece escuchar la risa de mi madre, cuando una mañana, antes de cruzar la vía desde Liebig, camino a Apóstoles, íbamos los 2 más grandes de los 4 más chicos, de sus 8 hijos, en el Ranchero Ford bordó, ella lo manejaba tal como un jinete a su caballo, de repente se escuchó su voz, diciendo: "...miren chicos que esta máquina se nos puede apagar, miren que no venga el tren...miren!" Con Cali, abrimos los ojos enormemente grandes...- Ufff...Bien! Exclamó..., Añadiendo: -Cruzamos!!! Y se rió un buen rato.

Desde ese día ese jueguito se convirtió en su chiste preferido, cada vez que le tocaba llevarnos a la ciudad "Capital de la Yerba Mate", por algún trámite, si el transporte escolar no venía o para hacer compras. Y adjunto a la risa, siempre recordaba alguna anécdota de su padre Don Antonio Dalcomo, descendiente de italiano, comerciante, dicen que un gran hombre, terrateniente en esas zonas de ferrocarriles, vías y trenes.

Ella se acordaba de él y se le iluminaba el rostro, jamás quiso dejar su casa a orillas del Chimiray, porque era un legado muy preciado de su padre, así lo recordaba mamá, y así nos hizo recordarlo a cada uno de nosotros.

En sus historias sobre el abuelo, aparecían varios personajes, Doña Tele, Silvano, Loloy, Garay 20 puntos o Ramoncito Escalante, y la tan ponderada Angélica Ozomek, entre otros tantos que eran de los auténticos de aquel querido "Barrio Estación", para los que el edificio de estilo inglés construido en 1909, era parte de su vida, y el telégrafo del lugar, lo más moderno que habían visto en su existir, una verdadera novedad de la época!

Y el tren, ese tren, que al entrar y salir de Apóstoles llevaba y traía una infinidad de historias, sueños y esperanzas, pero sobre todo, supo traer el mayor avance de la economía que jamás existió en la zona. La línea "Gral. Urquiza", en la figura del GRAN CAPITÁN, han sido los artífices del progreso de estas tierras. Historias por doquier parecen pedir a gritos ser rescatadas, es que ha sido la primera estación nacional en territorio misionero y la última en dejar de funcionar, tuvo gran protagonismo en el siglo pasado cuando por ser una de las más conservadas de la época se la elige para grabar la película "El rey de la Patagonia", con el famoso actor de origen turco, Omar Sharif.

El lugar era un regocijo enorme cada vez que se producía el arribo de personas, una verdadera fiesta para toda la región. Un lugar que supo ser escenario de risas, alegrías y encuentros, con sus calles repletas de fachadas a sus laderas, que nos muestran arquitecturas de antaño y la historia pura de lo que en algún momento fuimos, altas casas, con adornos e iniciales que marcaban una ostentosa aristocracia, que se hizo a trabajo y sudor, hoy casi en el olvido. Un recorrido que iba hasta Buenos Aires y durante horas y horas giraban anhelos... giraban vidas. Una historia en mil historias...Una cápsula del tiempo que aún sigue intacta esperando ser salvada de las ruinas, para dar valor a lo que forma parte de nuestra identidad, un paseo imperdible para todo viajero que desee detenerse en el tiempo y sentirse por un momento en el pasado y el presente en un mismo instante, algo que aquí sería muy fácil de lograr.

Por Avelina Vizcaychipi, especial para MTH.