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Gómez, Alex
Columnista MTH

La creación del Museo Regional

19 Julio 2023 17:50 General
Historiografía Junta de Estudios Históricos
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Museo Cambas sala exposición

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La importancia de sus exposiciones y de un lugar que vincule historia y sociedad

En el año 1939 comenzó la organización del Museo Regional dependiente de la Junta de Estudios Históricos de Misiones (JEHM), con el objetivo de “conservar las manifestaciones tangibles del patrimonio cultural de nuestro pueblo” (Amable y Rojas 2021, pág. 12), todo ello en el marco de una institución que “realizando investigaciones y difundiendo lo conocido, propenda al conocimiento del pasado histórico misionero”. Para conseguir el espacio, se recurrió a la municipalidad de Posadas, quien concedió un préstamo por 99 años del edificio ubicado en el Parque de la República del Paraguay (calle Alberdi N° 600), y se solicitó a la comunidad y a otros municipios realizar donaciones de piezas con valor histórico y etnográfico de la región.

Al ser el primer Museo del Territorio Nacional de Misiones, recibieron la ayuda de diversas entidades, asociaciones y escuelas, mientras que la JEHM organizó distintas actividades para financiar su apertura. De esta forma, el 20 de marzo de 1940 se llevó a cabo la inauguración del Museo Regional, acto que contó con la presencia del Gobernador del Territorio, directores de escuelas y un gran público general.

El primer director fue Atilio de la Puente, quien en 1941 fue reemplazado por Jordán Hummel. Durante esos primeros años la Subcomisión de Archivo, Museo y Biblioteca estuvo encabezada por Julio Cesar Sánchez Ratti e integrada por Hermann Hassel y Felipe Kury (Amable y Rojas, 2021). El Museo existe hasta la actualidad, pero tuvo dos etapas, signado por una breve suspensión durante la década de 1970 en la cual se dejó de lado las actividades de la Junta y, por ende, del Museo.

El Museo era la síntesis material y espiritual de la cultura autóctona (Jaquet, 2005), y reproducía las funciones y el rol que los museos tuvieron históricamente en la construcción de la nacionalidad. Para la comunidad, su existencia representaba un importante lugar que constituía el resultado de prácticas científicas y culturales.

En los primeros años se llevaron a cabo expediciones hacia el interior del Territorio, a la par de contactos epistolares solicitando artefactos propiamente “misioneros”, priorizando elementos fundacionales de los pueblos y, sobre todo, bienes materiales que atestiguaran la historia indígena y jesuítica. Generalmente, en los viajes se buscaba recopilar documentos, restos arqueológicos y artefactos de uso cotidiano de los pueblos originarios en el presente, materiales del pasado jesuítico, incluso ejemplares de la fauna y flora nativas, para integrar las colecciones del Museo (Schvorer, 2022).

La convocatoria a la comunidad representaba un llamado por rescatar el pasado misionero, y participar en ello significaba una muestra de compromiso con la historia, tal como lo expresó el primer director del museo: “Todo el pueblo de Posadas, de Misiones, debe apoyar esta obra que mostrará a propios y extraños que en nuestro territorio existe un ambiente cultural, apuntalado por la voluntad y decisión de un pueblo que sabe comprender su valor”[2].

El principal foco estaba puesto sobre la recuperación y exhibición de una “cultura autóctona”, que pudiera relacionar la continuidad de Misiones con un pasado histórico, y que sirviera como validación en la conformación de nuevos sentidos de pertenencia en la comunidad. Todo ello pretendía basarse en “observaciones científicas”, buscando que los objetos exhibidos fueran la muestra material de ese pasado.

El Museo estaba organizado en tres grupos, clasificados en secciones de historia, etnografía y ciencias naturales. La sala principal que funcionaba al momento de la fundación exhibía objetos de las culturas Mbyá Guaraní, de la Guerra de la Triple Alianza y del “repoblamiento” misionero; se puede mencionar entre los objetos destacados la imagen jesuítica de Cristo, una “Virgen descabezada” y la escultura jesuítica anteriormente emplazada en el patio de la iglesia de Apóstoles.

Más adelante se incorporaron colecciones etnográficas donadas por el alemán Federico Maynthusen, vinculadas sobre todo a las culturas mbyá, guayakí y simbiosis mataco-guayakí. Así también, se añadió la Sala Félix de Azara, dedicada a las ciencias naturales, donde se presentaban ejemplares de la fauna misionera (sobre todo animales y mariposas); la mayoría de las muestras fueron trabajadas por el taxidermista y naturalista Adolfo Neunteufel.

Estos artefactos seleccionados jugaban un papel importante en la interpretación histórica de la experiencia del tiempo, ilustrando discontinuidades sociales expresadas a través del patrimonio, a partir de la selección y la conservación de esas señales investidas de significación que habitan en los museos. Ello teniendo en cuenta que la construcción del patrimonio histórico es producto de un proceso por el cual se adjudican ciertos valores a determinados bienes culturales, siendo el valor identitario uno de los más importantes, razón por la cual se los preserva (Pagano, 2021).

De esta manera, se fueron construyendo una serie de representaciones con una imagen fabricada desde “dentro” de Misiones en oposición a los de “afuera”. Los artefactos materiales que se exponían en el Museo eran cuidadosamente seleccionados, edificando un patrimonio que la sociedad debía rescatar y resguardar, y por ende, dejando de lado otros elementos y procesos.

El Museo, y por ende el patrimonio material que se construyó, le deben su emergencia al servicio de un proyecto provincialista; ello supuso la existencia de un público homogéneo y pasivo, y de un proceso selectivo en el cual los conflictos internos se encontraban virtualmente ausentes (Pagano, 2021), pero resaltando la figura de un “otro” extranjero. En este sentido, “el museo recuerda, reafirma, colabora en la construcción de una identidad social en el doble sentido: no solo lo que uno es sino lo que no es” (pág. 73). En los elementos expuestos se fijaron sentidos que sirvieron para preservar ciertos valores y reforzar la identidad, intentando suprimir las diferencias e instalando un pasado oficial para toda la comunidad.

Hoy en día el Museo se denomina “Museo Regional Aníbal Cambas”, nombre que recibió más adelante en honor a uno de sus miembros fundadores. Actualmente es uno de los Museos más importantes de la provincia, y en él se reúnen importantes piezas de la historia misionera, así como también gran cantidad de libros y documentos en la Biblioteca de la institución.

Por Prof. Alex Gómez, especial para MTH.

Bibliografía:

  • Amable, Angélica y Rojas, Liliana (2021): Despertar Misionero: La Junta de Estudios Históricos de Misiones y el museo regional. Investigaciones de sus miembros fundadores sobre Andresito y los guaraníes en el proceso de independencia. Junta de Estudios Históricos de Misiones, Posadas.
  • Jaquet, Hector (2005): Los combates por la invención de Misiones. La participación de los historiadores en la elaboración de una identidad para la provincia de Misiones, Argentina (1940-1950). Editorial Edunam. Posadas.
  • Pagano, Nora (2021): “El pasado en el presente. Los museos históricos: una reflexión historiográfica”. En: Cuadernos del Instituto Ravignani, 1, segunda serie, pp 55-82.
  • Schvorer, Esther Lucia (2022): “Los caminos de la historiografía en Misiones. Homenaje a Hector Jaquet”. En: Philp, Marta; Leoni, Maria Silvia. y Guzman Daniel (coords.) Historiografía argentina: modelo para armar. Ediciones Imago Mundi, Buenos Aires. pp 307-326.

[1] Sala de exposición del Museo Regional durante el año 1941. Extraído de: https://n9.cl/l4njp

[2] Archivo de la JEHM. Discurso pronunciado por Atilio F. de la Puente, en la velada realizada por la Junta de Estudios Históricos el 24 de noviembre de 1939.

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