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Alcaraz, Alberto
Columnista MTH

La primera generación de la “elite local”

13 Abril 2021 15:11 General
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Vivanderos

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La exploración del Alto Perú en busca de yerba mate

Tras la finalización de la guerra, muchos militares que formaron parte de las tropas aliadas regresaron a Trincheras de San José y reorientaron sus actividades dedicándose, en un primer momento, al cruce de ganado en pie, el transporte fluvial y el comercio y la exploración de la región en busca de yerba mate silvestre. Los antiguos “vivanderos” se transformaron oficialmente en los primeros vecinos tras la mensura oficial ordenada por la provincia de Corrientes, en 1872.

Los testimonios recogidos por Clotilde González de Fernández (1922:10) señalaban que muchos de aquellos “vivanderos” habían permanecido acompañando las tropas en la desembocadura del arroyo Aguapey, procedentes de San Borja, Santo Tomé y sus alrededores; mientras que otros llegaron a Trincheras de San José “en busca de trabajo,
garantías y medios de vida, en menos de ocho días trasladándose ésta, en caravanas de carretas, formando en un mes una calle de ranchos aproximados que se extendía desde el puerto, en diagonal, hasta el portón de la trinchera”.

Una vez establecidos en el recinto amurallado, continuaron dedicándose a distintos rubros del comercio y actividad que le era propia. Los nuevos pobladores eran en su mayoría comerciantes y componían un heterogéneo grupo en donde había también de procedencia uruguayos, brasileños, franceses, italianos y españoles. El agrimensor Francisco Foulliand (1917:15) tuvo contacto directo con muchos hombres de aquellos tiempos y afirmaba que luego del ingreso de los “vivanderos” con sus carretas al recinto amurallado, en el lugar donde se apostaron levantaron lentamente ranchos, carnicerías, panaderías, mercerías, tiendas, etc., “cuyos dueños peticionaron en 1869 al Gobierno de Corrientes para que se delinease solares, solicitud que fue atendida, terminándose la mensura en 1872, con la denominación de Trincheras de San José en los documentos oficiales, pero con la de Itapuá entre el pueblo”.

La industria yerbatera revitalizó la actividad comercial de posguerra con notable dinamismo y restableció un mercado y demanda estables en las grandes ciudades del Rio de la Plata. Los antiguos “vivanderos” abandonaron pronto sus moradas improvisadas y construyeron los primeros edificios del futuro ejido urbano donde continuaron ofreciendo el rubro al que cada uno se dedicaba en la guerra e incluso siguieron operando las “cantinas” donde expendían bebidas alcohólicas y funcionaban cuasi prostíbulos junto a diversos juegos de azar, como naipes, riñas de gallos, etc. El comercio local prosperó, “continuaba el intercambio de mercaderías con Villa Encarnación, con motivo del acarreo constante de haciendas para repoblar los campos del Paraguay […] rápidamente la nueva población se volvió una importante plaza de comercio, con la explotación de los yerbales y más tarde, de las maderas del Alto Paraná” (Foulliand, 1917:15).

Los primeros pobladores y comerciantes de Trincheras de San José conforma parte de la logística de apoyo de las tropas aliadas. Un activo testigo de aquellos años afirmaba que en particular el ejército brasileño “al retirarse dejaron una buena parte de su séquito cosmopolita y licencioso, compuesto de vivanderos y comerciantes que no hubieran querido jamás el fin de la guerra, habituados tanto a los negocios como al juego de azar” (Luchessi47, 1936: 8).

Entre los “vivanderos” se destacaron muy pronto algunos de ellos, especialmente los uruguayos Juan y Francisco Goicoechea, quienes poseían embarcaciones fluviales propias que las utilizaron para la organización de las primeras comitivas de exploración del Alto Paraná, con financiación privada, así como recursos que provenían del erario público, con los cuales se costearon los peones e implementos con los que partieron en busca de yerba mate para su extracción comercial.

La mayoría de los “vivanderos” durante la guerra se habían capitalizado en el comercio de aprovisionamiento a las tropas y gracias a ello, los hermanos Goicoechea habían construido junto a Alfonso Bruel, un “brete” o corral para el resguardo del transporte de ganado en pie, a la vez que también se dedicaban al comercio de tabaco, yerba, junto a otros suministros que transportaban en dirección al Paraguay. Alfonso de Arrechea –otro “vivandero”, incluso poseía durante la guerra una estancia por la que pagaba enfiteusis en la localidad de Mercedes, en la Provincia de Corrientes, al igual que Marcelino Bouix, criador de mulas alpinas, animales por entonces muy utilizados para el transporte de cargas, así como en los obrajes. También se dedicaban a ese rubro Abelardo y Miguel Escalada - poderosos comerciantes originarios de Santo Tomé-  al igual que Eugenio Ramírez quien además siguió ejerciendo el oficio de “cantinero” incluso muchos años después del retiro de las tropas (González de Fernández, 1922: 8-12).

Estos residentes de Trincheras de San José se lanzaron a la explotación y comercio de la yerba mate del Alto Paraná haciendo caso omiso a las nuevas fronteras nacionales.
Los “vivanderos” que no poseían embarcaciones propias pronto se las encargaron durante la guerra al uruguayo Modesto Palma, quien confeccionó las primeras “chatas” para realizar el pasaje de hacienda al Paraguay, las que luego fueron reutilizadas en la exploración del Alto Paraná para la búsqueda de yerbales silvestres. Otros en cambio se dedicaron a construirlas e improvisaban canoas ahuecando los troncos de los árboles
de especies como el timbó para lanzarse por su cuenta a la exploración de aguas arriba.

Los oficiales y militares brasileños que en la posguerra fueron desmovilizados o pidieron la baja, también avizoraron las ventajas comerciales de la ubicación de Trincheras de San José y una vez instalados en el poblado emprendieron trabajos con resultados positivos hasta que finalmente liquidaron sus intereses en Brasil e hicieron venir a sus respectivas familias para dedicarse plenamente a la actividad económica más prometedora del lugar: la explotación de la yerba mate.

En la posguerra, las exploraciones que partieron de Trincheras de San José en busca de yerba mate al Alto Paraná fueron organizadas por hombres que estuvieron a “la vanguardia” de la apertura del espacio regional y conformaron la primera generación de lo que denominamos la “élite local”. Era muy prometedora la explotación de la yerba mate porque poseía un alto valor económico de circulación y fue el punta pie inicial de la gran expansión del capitalismo de la segunda mitad del siglo XIX, en la región.

En su gran mayoría –salvo los hermanos Goicoechea que fueron los primeros presidentes del Concejo Municipal de Trincheras de San José– los comerciantes y yerbateros financiaron con sus propios recursos las exploraciones al Alto Paraná. Los viajes de exploración comenzaron a rendir sus frutos a partir de mediados de la década de 1870, cuando se regularizaron las comunicaciones fluviales e identificaron las zonas con los principales yerbales silvestres en la región. Por ello, los hombres que conformaron la primera generación de la “élite local” procuraron poseer sus medios de transporte propios, tanto fluviales como terrestres representados en los animales de carga y carros tirados por bueyes. Sin embargo, este grupo de hombres no accedió a la propiedad jurídica de la tierra, que en gran medida era conservada por los Estados nacionales como un recurso de propiedad fiscal.

Hasta 1881 - antes de la federalización de Misiones- la extracción de la materia prima también por ello era realizada de un modo flexible y traspasaba indistintamente a los países que compartían la frontera. Los permisos otorgados por los gobiernos quienes daban de algún modo el marco de legitimidad jurídica para que las comitivas se adentrasen a un espacio que se abría al intercambio entre las sociedades nacionales.

Por Dr. Alberto Alcaraz, especial para MTH.

chata conyerba

Las chatas o chalanas eran embarcaciones que a fuerza de remos o “pértigas” eran impulsadas para navegar, en su mayoría fueron construidas en  Trincheras de San José –Posadas- para transportar yerba mate.

Para más datos véase:

ALCARAZ, Alberto Daniel. (2019). La empresa Domingo Barthe: Extractivismo yerbatero-maderero en la frontera Alto Paranaense (1870- 1930). Disponible en: https://www.prometeoeditorial.com/busqueda/QWxjYXLDoXosIEFsYmVydG8gRGFuaWVs

Fuentes:

FOULLIAND, Francisco. Historia de Misiones. Conferencia. Posadas, Imp. Alberdi, 1917.
GONZÁLEZ de FERNÁNDEZ, Clotilde. Reseña histórica de la ciudad de Posadas.
Posadas, Talleres Gráficos Alberdi. 1922.

LUCHESSI, Adamo. En Sudamérica. Alto Paraná y Chaco. 1875-1905. Propiedad
literaria reservada. Copyright by R. Bemporad & F. ° -Florencia -1936. Estudio preliminar: Cambas Graciela, Traducción: Repetto Carolina. En prensa.
LUCHESSI, Adamo. En Sudamérica. Alto Paraná y Chaco. 1875-1905. Propiedad
literaria reservada. Copyright by R. Bemporad & F. ° -Florencia -1936. Estudio preliminar: Cambas Graciela, Traducción: Repetto Carolina. En prensa.

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