Lo femenino en plural, entre la miopía y el olvido

Las mujeres rurales en la provincia de Misiones

La provincia de Misiones posee una estructura social agraria particular, que dinamiza un extenso mercado de trabajo agrario donde, como ocurre a nivel global, se desdibuja cada vez más la separación entre lo urbano y lo rural, más bien se entremezclan y se atraviesan. Claro ejemplo de esto son las residencias periurbanas de trabajadores/as que realizan labores agrícolas, o el empleo rural no agrícola (ERNA), que implica que determinados/as trabajadores/as que residen en zonas definidas como rurales lleven a cabo trabajos no agrícolas en esa u otra zona.

Hablar históricamente del trabajo rural femenino en la actual Provincia de Misiones requiere de un importante esfuerzo de imaginación. Subsumidas en los trabajos productivos en carácter de “ayuda familiar” y en los reproductivos –doméstico y de cuidado– las mujeres en tanto trabajadoras no fueron captadas de manera nítida en las estadísticas censales, ni en los documentos oficiales, ya que existían –y existen– distintas concepciones sobre la categoría “trabajo”, siendo la tradicional definida como una actividad remunerada vinculada al mercado. Ante esto, los estudios de género han cuestionado esa noción tradicional proliferada en las ciencias sociales que restringe sobremanera el concepto (Battyhány et al, 2018; Benería, 1999; Pahl, 1991). 

En las últimas décadas, a partir de la problematización de la asunción de la otredad femenina, las mujeres como lo “otro” y los varones como lo “uno”, como lo “inclusivo” y lo “general” (donde si hay veinte trabajadoras rurales y dos trabajadores rurales, todos y todas son “ellos”, trabajadores, en masculino y general), podemos mencionar que existe un gran universo denominado “mujeres rurales”, dinámicas, múltiples, que residen, producen y reproducen la vida en contextos de ruralidad, o relacionados a ella, en una provincia predominantemente agropecuaria (en la que se destacan los cultivos de yerba mate, té, tabaco, mandioca, citrus y  forestación).[1]

Sin embargo, aún resta mucho por recorrer para captar el trabajo femenino remunerado –principalmente el estacional rural– y el no remunerado –en carácter de “ayuda familiar”, el doméstico y de cuidados–, ya que a nivel país y provincia, la participación económica femenina y masculina en el mercado de trabajo resultó históricamente diferente con respecto a su intensidad y promedio (MTEySS, 2018).[2] Ello se debe a una serie de cuestiones relacionadas principalmente con la división sexual del trabajo, donde las tareas no remuneradas (domésticas y de cuidados) condicionan la  participación femenina en el mercado de trabajo remunerado o producen posibles sesgos para su captación, en especial en el mundo rural.

Entonces, al interrogante sobre quiénes componen el universo de mujeres rurales en la provincia de Misiones, se agrega la preocupación por la economía del cuidado. Se entiende a esta como una corriente de pensamiento ocupada en visibilizar las dimensiones de género que comprende la dinámica económica, puesto que garantiza la sostenibilidad de la vida y la reproducción de los/as futuros/as trabajadores/as rurales, así como las implicancias para la vida misma de las mujeres. 

En base a casos específicos, en las próximas comunicaciones nos adentraremos a pensar en y desde los y las agentes que dinamizan uno de los mercados más extensos de mano de obra de la provincia, que revelará la relevancia histórica y actual del trabajo femenino rural.

Battyhány, K. et al (2018): Uso de licencias parentales y roles de género en el cuidado. Montevideo. Ministerio de Desarrollo Social.

Benería, L. (1999): El debate inconcluso sobre el trabajo no remunerado. Revista Internacional del Trabajo, 118(3), 321-346.

Pahl, R. (1991): Divisiones del trabajo. Madrid. Ministerio de

Trabajo y Seguridad Social.

Por Lic. Diana Haugg, especial para MTH.