Los orígenes de Rosamonte
La historia de una familia que construyó una marca gigante
Y pensar que aquí empezó todo...o por lo menos gran parte de lo que somos hoy como provincia y como capital nacional e internacional de la yerba mate, la esencia de uno de los emblemas argentinos, la infusión que nos identifica ante el mundo: el mate. Una familia, un legado y el trabajo a base de dedicación y constancia han sido las premisas de descendientes de ucranianos que arrancaron con una de las empresas yerbateras que, en la actualidad, es líder en el mercado.
Un lugar mágico que los vio nacer y crecer, la Colonia "San Isidro", en plena zona de transición de la provincia, allí donde se pasa de los campos llanos de pastoreo a la verde y exuberante selva, allí donde todo se entremezcla dando como resultado una riqueza en avifauna única en su tipo, allí justamente, es donde "Rosamonte" da su primer grito de vida. Una rosa en el medio del gran campo, o tal vez un palo Rosa, tan típico y llamativo, cualquiera de los dos, según nuestra relación imaginativa, pudo haber sido el origen de aquel nombre que luego supo imponerse como marca nacional reconocida en todo el mundo.
La colonia se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad de Apóstoles, es una zona con grandes historias y muchos misterios por descubrir, pero sobre todo es un lugar que conserva intactas las viviendas de aquellos primeros inmigrantes europeos que se asentaron y volvieron a dar vida a este terruño, plantas de yerba mate, secaderos, rústicos molinos y la FE DIVINA, representada en ermitas, cruces y una capilla muy particular, prolijamente ornamentada de rito bizantino ucranio, con su cementerio desde donde se divisan las sierras del Imán y esa naturaleza tan pura que solo aquí se puede apreciar, entre ruinas de un pasado no muy lejano, que nos dejó la impronta de la cultura del trabajo y principalmente nos legó el sabor de cada día, que nació aquí a puro sacrificio y tesón.
Allá por 1936, Don Demetrio Hreñuk, hombre de valores, que los supo inculcar en sus 10 hijos, de los cuales, Ramón "Nene" y Luis Ángel "Negro", adaptaron la visión de ver las cosas mucho más allá de lo que eran, y así es que lograron construir un compendio de producciones en la zona sur misionera que han sido verdaderos motivadores para pequeños y medianos productores que las supieron replicar, acrecentando resultados de calidad en psicultura, ganadería, yerba mate y té, fábrica de alimento balanceado, entre otras.
Hoy hablar de "Rosamonte Cué", es hablar de un lugar como parte de la historia, pero a su vez como la razón del presente, de nuestro presente, de lo que somos, solo mirando y entendiendo que aquí, empezó todo...
Por Avelina Vizcaychipi, especial para MTH.