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Alcaraz, Alberto
Columnista MTH

La segunda generación de una elite local

19 Abril 2021 15:20 General
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Lezama

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La apropiación de la tierra pública y formación de una clase terrateniente en el Territorio Nacional de Misiones

A principios de la década de 1880 una vez culminada la campaña al desierto tanto en el Chaco como la Patagonia, cuando “el problema del indio” estuvo “resuelto”, tuvo lugar en Argentina un importante remate de tierras públicas. En ese contexto, nuevas estrategias de negociación y cooptación fueron ensayadas por las élites que controlaban el poder central en Buenos Aires para subordinar a las elites del interior, luego de “apaciguar” por las armas a las provincias y sus principales caudillos rebeldes.

La concreción del proyecto de organización nacional maduró con la denominada “generación del 80”, luego de incorporar a espacios “nuevos” por la fuerza como fue el caso de Formosa y Misiones, al finalizar la Guerra de la Triple Alianza. Por esos años, en todo el país terratenientes provenientes de familias tradicionales que participaron en diversas expediciones militares, se hicieron dueños de vastas extensiones de suelo usufructuándolos en calidad de propietarios ausentistas.

En 1880 se remataron la casi totalidad de las tierras fiscales de Misiones que permanecían aún bajo la tutela de la provincia de Corrientes, como una extensión marginal de su territorio. Lo acontecido era un síntoma de un estado más general de la situación que tenía su correlato también en los países vecinos - Brasil y Paraguay-  ya que tras la Guerra de la Triple Alianza se abrió la región a la inversión privada extranjera y se modificó la anterior estructura económica.

En el aspecto político, Misiones se integró al Estado argentino como un Nuevo Territorio Nacional y en lo económico fue repartido entre un grupo de hombres que detentaban poder político y económico. La población existente estaba constituida por grupos étnicos de criollos e indígenas que componían los sectores sociales que fueron compulsivamente arrastrados en las siguientes décadas hacia los obrajes yerbateros o madereros como mano de obra barata en un proceso de constante y permanente proletarización.

En Misiones, el proceso de transferencia de tierras fiscales a manos privadas tuvo lugar antes de su federalización, a finales de 1880 se favoreció la formación de un reducido número de propietarios jurídicos de la tierra que estaban vinculados por un lado a las instituciones de carácter nacional a crearse en el nuevo Territorio Nacional, vinculadas al ejercicio del poder y la soberanía argentina sobre ese espacio. Los nuevos cuadros administrativos de la burocracia del Estado debían ser afines al modelo político de país que se estaba consolidando y por ello algunos de sus cuadros provenían de las familias tradicionales de élite correntina que negociaron la cesión de Misiones a cambio de un reparto de sus recursos económicos más importantes.

La confluencia en el espacio misionero de dos grupos de poder, posibilitó la conformación de una segunda generación de la “élite local” que en términos generales se vio favorecida por una complementariedad de intereses políticos y económicos que incluyó en parte a muchos miembros de la primera generación de la “elite local” gestada en la década de 1870 con la extracción de la yerba mate, en el Alto Paraná. Este grupo poseía un poder escaso e influencias limitadas en comparación a los miembros de la segunda generación de la “élite local”, que contaba entre sus miembros a poseedores de la propiedad jurídica de la tierra y una legitimidad reconocida para el ejercicio del poder en el ámbito nacional.


La segunda generación de la élite era, en gran medida, “ausentista” ya que Misiones representaba tan solo un espacio muy marginal dentro del conjunto de sus negocios y propiedades esparcidos en otros puntos del país y también de la Provincia de Corrientes. Los miembros de la primera generación se integraron y fusionaron intereses en los espacios burocráticos para terminar de conformar la segunda generación de la “élite local” en los espacios institucionales que ofrecía el Territorio Nacional de Misiones.

 El consejo Municipal de Trincheras de San José (a partir de 1879 Posadas) fue el ámbito más propicio para potenciar los intereses más inmediatos de la primera generación de la élite local debido a que el ámbito citadino era el espacio en el que habitualmente desarrollaban sus labores cotidianas y al ser integrados a las dependencias del Estado nacional, de la nueva dependencia su protagonismo adquiría mayor visibilidad. En 1880, la federalización de Misiones era un hecho inminente para algunos dirigentes, sobre todo para quienes gobernaban la provincia de Corrientes.

Los dirigentes correntinos buscaron anticiparse a la intervención federal y vendieron las tierras fiscales que debían pasar a la jurisdicción nacional porque la provincia poseía deudas heredadas de gestiones anteriores y además era gobernada por el signo del partido político contrario al gobernante en el Poder Ejecutivo Nacional (el PAN, Partido Autonomista Nacional, cuyo máximo jefe era Julio Argentino Roca). El gobernador, Antonio B. Gallino un autonomista apoyado por el poder nacionaladujo ante la Legislatura correntina que con la venta de las tierras fiscales, se cancelarían las obligaciones provinciales ya vencidas y podría compensar el déficit que desde 1878 generó la deuda de la provincia, la cual estaba emitida en bonos y estaban en manos de capitalistas como Gregorio Lezama.

La venta de las tierras fiscales se hizo en lotes de veinticinco leguas cuadradas sin mensuras reales previas y trazadas en un plano existente en el Departamento Topográfico de la Provincia de Corrientes. El precio fijado oscilaba entre 500 $ y 1500 $ la legua cuadrada a pagarse al contado o en cuotas con la obligación de mensurar las tierras adquiridas en un plazo de diez años. La casi totalidad de las operaciones de contado se pagaron con los bonos provinciales que estaban en manos de los capitalistas especuladores y de ese modo las tierras se repartieron entre 29 propietarios, muchos de los cuales eran en realidad testaferros (Queirel, 1897).

Un reducido grupo de personas allegadas a Rudecindo Roca, el Gobernador de Corrientes y el terrateniente Gregorio Lezama acapararon la mayor parte de las tierras públicas de Misiones. El principal beneficiario de esas ventas fue José Gregorio Lezama con 607.464 hectáreas, el coronel Rudecindo Roca con 265.180 hectáreas y el Gobernador Antonio B. Gallino con 161.990 hectáreas.

El pago de la compra se hizo con bonos provinciales y otros nacionales que también estaban en poder de Gregorio Lezama, Antonio Gallino y Rudecindo Roca. Este último sin dudas fue uno de los exponentes más paradigmáticos de la segunda generación de la “élite local” ya que estaba por sus relaciones personales geográficamente más próximo a las élites centrales–era hermano del Presidente Julio Argentino Roca– y era el que estaba más estrechamente ligado al nacimiento de una nueva estructura burocrática local que se necesitaba crear en Misiones
para que actuase como el sector administrativo local que se ocupara de los asuntos y necesidades más específicos de la población y con dependencia directa del ámbito nacional.

Antes de la gran subasta, el Regimiento 3º de infantería con sede en Corrientes estaba a cargo del coronel Rudecindo Roca quien en el negociado de las tierras, se valió de testaferros que en su mayoría eran militares subalternos en esa unidad bajo su mando. La compra tuvo lugar unos
meses antes de que su hermano –Julio Argentino Roca– lo designara Gobernador de Misiones. Con esa estrategia el poder central se hacía de un importante aliado en una nueva entidad política a la vez que posibilitaba a una familia proveniente de la elite metropolitana hacerse con una considerable extensión de tierras ya que la ley de ventas vigente limitaba a veinticinco leguas cuadradas –67.000 hectáreas– la extensión máxima que una persona individual podía adquirir.

En igual sentido, tanto José Gregorio Lezama, al igual que Antonio B. Gallino, también se valieron de testaferros, que luego cedieron sus derechos ya que los títulos eran transferibles y por esa razón muchos de los prestanombres hicieron el traspaso de sus papeles al día siguiente. La mayor parte de las tierras adquiridas por Antonio B. Gallino fueron transferidas en venta unos meses más tarde a Gregorio Lezama;  poderoso hacendado que ya se había enriquecido en otros remates comprando tierras en subastas públicas a precios muy bajos para luego revenderlas.
 

Por Dr. Alberto Alcaraz, especial para MTH.

Rudecindo Roca                                          Antonio B. Gallino           José Gregorio Lezama

Para más datos véase:

ALCARAZ, Alberto Daniel. (2019). La empresa Domingo Barthe: Extractivismo yerbatero-maderero en la frontera Alto Paranaense (1870- 1930). Disponible en: https://www.prometeoeditorial.com/busqueda/QWxjYXLDoXosIEFsYmVydG8gRGFuaWVs

Fuentes:

COSTAS, Francisco. Memoria sucinta sobre seiscientas siete mil quinientas hectáreas en el Territorio Federal de Misiones de Martin Errecaborde y Cia., que se deben vender por liquidación social. Buenos Aires, Taller tipográfico Somoza Hnos. 1907.

QUEIREL, Juan. Misiones. Buenos Aires, Taller Tipográfico de la penitenciaría Nacional, 1897.

ROMERO, Juan B. y CORTÉS, Gaudencio. Acusación contra el General Roca (Rudecindo) por defraudaciones en la Gobernación de Misiones. Buenos Aires. 1890.

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