...
Haugg, Diana
Columnista MTH

Cuidar a la gurisada y cosechar

2 Ago. 2021 11:49 General
Yerba Mate Economía Trabajo
Product Image

Niños tareferos

...
Trabajos productivo, doméstico y de cuidado.

Históricamente, la función de cuidar se apoyó en las mujeres como parte de la organización del hogar. El cuidado si bien implica tiempo, conocimientos y relaciones sociales complejas, está relacionado con lo “desinteresado” y lo “amoroso”, lo que le otorga una dimensión moral y emocional asociada al género femenino. Por ello, las relaciones de género cobran otra vez un rol protagónico en la explicación de los trabajos de cuidados y domésticos, ya que estos se encuentran generizados.

En una provincia con predominancia agropecuaria como Misiones, conocer las condiciones laborales de los adultos de las familias, y sobre todo de las madres en conjunto con las políticas sociales hacia la infancia, constituyen aspectos centrales para comprender cómo se resuelven las demandas de cuidado de las infancias del hogar y, en algunos casos, de las personas mayores. Esto nos permite visualizar la desigualdad de clase y género que sostiene la organización social del cuidado y los imaginarios sociales en torno a la maternidad, donde incluso el Estado argentino tiene un sesgo maternalista.

En el imaginario social, las mujeres tienen ciertas predisposiciones “naturales” como la sensibilidad, afectividad, prolijidad y amor innato hacia sus hijos/as, que son centrales para las tareas de cuidado y el trabajo doméstico desinteresado. Entonces, todas aquellas actividades esenciales para la reproducción y el cuidado de la vida intra-familiar fue definida como un “no-trabajo” que se realiza de manera gratuita, desinteresada y naturalmente. Por lo que, aquellas madres, hijas, nietas, nueras, abuelas, hermanas, etc. que no encajan en esas asociaciones son amonestadas socialmente en términos morales.

Para comprender mejor cómo se organizan los trabajos reproductivos no remunerados (domésticos, de cuidados) y el trabajo productivo remunerado (la labor de cosechar) veremos un caso específico, el de las trabajadoras de la cosecha de yerba mate, las que han quedado excluidas del poder de delegar algo tan esencial como el cuidado de las infancias de 0 a 4 años de edad debido a la mercantilización del mismo y a la falta de salas de cuidado y contención en contextos de ruralidad, y en ocasiones marginalidad.

Así, como en la mayor parte de las sociedades contemporáneas, las tareferas son las principales responsables de las actividades de reproducción cotidiana y generacional de la fuerza de trabajo familiar. Ellas llevan a sus hijos/as en sus vientres, después los/as crían, preparan los alimentos, lavan los platos, lavan, planchan –si disponen del electrodoméstico y de energía eléctrica– y cosen la ropa para todo el grupo familiar, limpian y muchas veces administran sus hogares. Cuidan a los enfermos, se encargan del acompañamiento educativo de sus hijos/as (sean o no analfabetas), de la socialización de las hijas y además de cosechar yerba mate en épocas de zafra. Con excepción de la cosecha de yerba, todas estas actividades están constituidas como femeninas y únicamente en condiciones extraordinarias los varones transgreden las rígidas barreras androcéntricas.

En un día normal de zafra, los/as tareferos/as inician el día a eso de las 4:30 o 5 a. m. De acuerdo a la descripción de actividades de los/as mismos/as obreros/as rurales, al levantarse las mujeres empiezan a organizar el día y la comida. Con la información hicimos un cálculo, y las mujeres suelen trabajar unas 7 o 8 horas en la cosecha de yerba mate y otras 5 o más en las tareas reproductivas. Incluso, en algunos casos, han desarrollado estrategias para realizar ambos trabajos –productivos y reproductivos– en un mismo espacio y momento, por ejemplo, “mirar” (entiéndase “cuidar” con la mirada) a la “gurisada” acostados en una hamaca o en un cajón de manzana y cortar y quebrar las ramas de yerba mate cuando se encontraban de campamento. En definitiva, en una sociedad como Argentina de baja provisión de servicios públicos de cuidados (Guerrero, Ramacciotti y Zangaro, 2019), estas tareferas son “prisioneras del amor y la naturaleza”.

Bibliografía:

Guerrero G., Ramacciotti K. y Zangaro M, comps. (2019): Los derroteros del cuidado. Bs. As. Universidad Nacional de Quilmes.

*Imagen: “La vaca verde”, 2003.

Por Lic. Diana Haugg, especial para MTH.

|