La puñalada a Tranquilina González
Una aproximación a un mundo de relaciones desiguales en tanto género
A principios del siglo XX, vivía en la colonia Eldorado Tranquilina Gonzalez, una tarefera conocida como la “Caá Potí” a razón de su belleza, juventud y por ser trabajadora de la yerba mate. Una noche de invierno de 1924, en un baile en el actual kilometro 5 (barrio Sauer), un tarefero, a sabiendas de su experticia en la cosecha, le ofreció que lo acompañara a cosechar en una colonia vecina. Antes de aceptar, la tarefera debió consultar a su marido, pero cuando éste escuchó la historia comenzó un altercado que terminó con Tranquilina agonizando a orillas del camino a causa de una herida de arma blanca, es decir una “puñalada”.
A partir de ese día, una serie de sucesos llevó a que pobladores que habitan algunos barrios de la localidad, reconocieran a esta mujer como santa popular capaz de otorgar milagros, tal como lo profesan los mensajes de agradecimientos colocados por sus seguidores en la ermita y capilla de la misma (Bondar y Doretto, 2019).
¿Qué sabemos de esta tarefera, aparte de la narrativa transmitida por sus devotos/as? Nada. No se disponen actas de nacimiento, defunción, casamiento, si tuvo o no hijos/as, no aparece en los periódicos de la época. Sin embargo, más allá de la ausencia de documentación escrita, esta historia nos permite reflexionar sobre las relaciones de trabajo y género dentro del grupo de cosecheros/as de yerba mate, y acercar la mirada a los significados históricos que se otorgaron al hecho de que una trabajadora fuera asesinada por su marido a causa de celos, pero únicamente trascendiera su trágico final para colocarla en un lugar idílico y privilegiado como santa.
La historiografía social del trabajo ha dado cuenta de la presencia femenina en el mundo laboral desde el siglo XIX, aunque especialmente urbana. En cambio, el mundo del trabajo rural resultaba bastante desconocido debido a las dificultades para su definición y medición hasta las décadas de 1980 y 1990.
Es así, que hoy la historia de una tarefera asesinada por su marido (otro tarefero), nos permite repensar la centralidad y articulación del género en el mercado de trabajo cosechero/yerbatero y la presencia de las muchas “Tranquilinas” que ponen en jaque la categoría universal de “trabajador”, en este caso tarefero, y desenmascara todo un mundo de relaciones detrás de la tácita masculinización del trabajo de cosecha de yerba mate. Masculinización que asignó sentidos al trabajo y a los cuerpos de los/as trabajadores/as, dejando fuera del análisis las desigualdades y violencias sexualizadas intra grupo que revestían y comportaban diversas características e intensidades (aún hoy presentes), como la realización de tareas reproductivas, maltrato físico, violaciones sexuales, asesinatos, entre otras. Por ello, interrogarse por estas cuestiones nos lleva a expandir nuestro conocimiento del pasado al denotar un universo laboral diverso y heterogéneo donde el trabajo asalariado convivía con la “ayuda familiar” fundamentalmente de mujeres e hijos/as, y en el que existían desigualdades más allá del clásico binomio obrero-patrón.
Tranquilina, seguramente perteneció a ese gran grupo de trabajadoras que ocupaban la condición histórica de “ayuda familiar” (si bien, hoy se la reconoce como santa y tarefera), además, posiblemente prestó una gama de servicios personales a la reproducción cotidiana de la unidad doméstica y entendía perfectamente cómo funcionaban los roles de jerarquías y las nociones prescriptivas sobre el “honor femenino”, puesto que (según el relato tradicional) debió consultar a su marido antes de emprender la partida a cosechar a un nuevo yerbal. Éste decidió, y el final ya fue contado.
Entonces, atender a estas cuestiones, que no son más que significaciones histórica-culturales proyectadas sobre trabajadores y trabajadoras, nos permite comprender el lapso constitutivo de las relaciones laborales capitalistas en la región y pone de relieve por un lado, el funcionamiento interno del grupo de cosecheros/as en cuanto a la división sexual del trabajo; y, por otro lado, la circulación de un lenguaje laboral que, en base a las nociones de género imperantes en la época, determinaba bajo qué circunstancias y momentos las mujeres podían trabajar.
Bibliografía y fuentes:
*Bondar I; Doretto M. (2019): “Muerte trágica y santificación popular: Tranquilina Gónzalez y La Pilarcita. En: Argus-a. Artes y Humanidades. Vol. 9. N|°33. California. EE. UU.
*Entrevistas a pobladores/as de la ciudad de Eldorado.
Fotografía: Cementerio La Piedad km 3, Eldorado, Misiones.
Por Lic. Diana Haugg, especial para MTH.