Los mensú racializados y masculinizados
El carácter masculinizado predomina en la figura del mensú
Tarefero: el mensú moderno se titula una nota periodística[1], que expresa una importante discontinuidad entre el período reciente y el inmediatamente anterior de estos agentes sociales (en masculino), pero a la vez permite registrar los antecedentes históricos entre ambos e inscribirlos en una tradición regional relacionada a la yerba mate.
Aquellos y aquellas que conozcan la historia del mensú, conocen la historia sobre el “infierno verde” en el que se asentó la expansión del capitalismo pionero sobre el territorio de la actual provincia de Misiones hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y donde se reconoció a los trabajadores del Alto Paraná como mensú. Los mensú son los sujetos históricos encargados de explotar los obrajes y yerbales de la selva nativa. Se cree que su denominación se trata de un modismo regional adaptado a las inflexiones del idioma guaraní para referir a mensualero (Niklison, 1914), es decir que el vocablo apunta hacia la forma de una relación salarial moderna.
Respecto a esos agentes reclutados para la cosecha de yerba mate, hay que decir que no resultaron del proceso de descomposición de un campesinado, como tampoco de algún otro tipo de población dedicada a la agricultura, más bien se trató de una masa de individuos sin sujeción personal, desarraigados y desposeídos de todo medio de producción. Esta masa de individuos fue reclutada de la población flotante regional. Esto es, una población de individuos altoparanaenses desarraigados –que no necesitaron ser exterminados completamente por el capital– resabios de un mundo perimido, removidos de sus formas de inserción previa, despojados de sus antiguos lazos en comunidad, y que tendían a reproducirse precariamente en los márgenes de la sociedad que le era contemporánea (Rau, 2005).
El estudio referido a las condiciones de vida y de trabajo en las comarcas del Alto Paraná, realizado por José Elías Niklison para el Departamento Nacional del Trabajo de la República Argentina, entre octubre de 1913 y marzo de 1914, describía a los trabajadores regionales como agentes especiales descendientes directos de los guaraníes, con destreza y rapidez en sus labores diarias, siendo los únicos capaces de soportar el clima, las jornadas, las formas que revisten el trabajo, la alimentación, las enfermedades y la remuneración, en definitiva disciplinados para esa labor.
Entonces, el mensú, ese cosechero de yerba mate no era solamente varón y masculino. Su masculinidad estaba mediada por su clase social, por su etnia guaranítica, por sus lenguas –guaraní y castellano–, por sus “valores” y “costumbres”, por sus configuraciones corporales, por su sexualidad activa y moralmente aceptable para la época, por su resistencia y “aguante”, entre otros.
Sin embargo, ante todo ese atisbo de masculinidad, nos surge una serie de interrogantes en relación a las mujeres, principalmente ¿dónde estaban?, ¿cómo se reproducían estos trabajadores?, por lo que es necesario mencionar que, si bien el mensú es presentado en singular, racializado y masculinizado, las mujeres estaban presentes en los yerbales, pero no reconocidas con el mote de mensú, sino más bien como “ayudantas” o “prostitutas”, por lo que es necesario una lectura a contrapelo para poder mostrar claros, oscuros y grises en relación a la idea singular de “mujer”, “madre”, “esposa” y “ama de casa” imperante en la época y lugares de procedencia de aquellas voces que han documentado la historia.
Bibliografía:
Niklison, José (2009) [1914]. Vida y trabajo en el Alto Paraná en 1914. Resistencia. Ediciones Al Margen.
Rau, Víctor (2005). Los cosecheros de yerba mate. Mercado de trabajo agrario y lucha social en Misiones (tesis doctoral). Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
[1] El Territorio, 12 de junio, 2019.